Los cuentos que dan cuerpo a este libro, nos hacen transitar por
un periodo de tiempo reconocible por nuestra historia reciente,
tiempo que se configura como el telón de fondo de la galería de
personajes que develan estas historias: un exiliado chileno en
Ecuador quien, sin proponérselo y casi por casualidad, termina
trabajando como fotógrafo de un policía para el que debe retratar
distintas escenas de crímenes; un niño juega béisbol en un
ambiente de represión y apariciones fantasmagóricas; un joven
poeta que se convierte en librero luego de intentar, inútilmente,
vender su primer libro de poesía; la venganza de dos hermanas
seducidas por un galán algo "chanta"; un comerciante de libros
saca provecho de su homonimia con un poeta famoso: este
podría ser el esqueleto de la historia astillada, agrietada, de La
concentración.