En la poesía chilena, luego de un siglo de expresión magnífica de la voz lírica y de crítica
imperiosa de esta misma voz, los poemas de Rosabetty Muñoz germinan sobrevivientes
y temerarios, redimidos de las guerrillas poéticas.
Así como Gabriela Mistral muestra un mundo sobrenatural, Rosabetty Muñoz habla de
un mundo que nadie puede mostrar, porque todavía no es natural y dejó de serlo. Íntima
y expuesta como jarcha y canción de amiga, como canción de cuna y silencio de velorio,
como nadie más, Muñoz tiene palabras en la inmediata revelación que precede y
supervive a todo lo demás que hace la literatura: el drama y la prosa del mundo que
silban cerca o atraviesan sus versos.
El Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2024 sincera el aprecio internacional
por nuestra poeta, que dijo querer domar con sus poemas a "la loba que contengo"
-imposible, susurran y arañan sus poemas reunidos aquí por primera vez-. Los escribió
al límite de la palabra, por el lado que corta. No se puede ser más íntima ni más
incontestable.