Más allá de la innegable calidad de las ilustraciones, el Atlas realizado por el naturalista francés Claudio Gay es un testimonio invaluable de la realidad geográfica, histórica y natural del Chile del siglo XIX.
La diversidad de aspectos considerados en él constituye una fuente extraordinaria de conocimiento de la vida nacional, registrada por el científico con el propósito de facilitar su estudio.
Las magníficas imágenes que revelan las costumbres y usos, la flora y la fauna, el mundo urbano y el rural, la vida cotidiana de los individuos de la época, lo que hacen es plasmar las características visibles de la recién inaugurada República.
La presencia de Gay en el país se explica en su contratación como profesor de física, química e historia natural del Colegio de Santiago, pero, sobre todo, por su interés en estudiar un territorio prácticamente desconocido en los círculos científicos europeos. Posteriormente, y a partir de este empeño, será contratado por el Estado chileno con el objeto de realizar una exhaustiva investigación general que tenga por resultado una obra visual y descriptiva de la historia natural, geográfica y social de Chile, desde una perspectiva en donde el entrecruzamiento de disciplinas científicas y sociales posibilite una mirada más amplia y heterogénea de la realidad nacional.
