La literatura de Vicente Zito Lema explora los confines de la razón y los estragos del desvarío. Pero comprende la locura sin abandonar la persona lírica ni perder el hilo de la acción. La perturbación y el sagrario de las víctimas son el acontecimiento a ser representado en la poesía y el teatro de este autor, que cultiva la blasfemia redentora y la pasión por las criaturas golpeadas.
El proyecto poético y teatral de representar la locura es una de las raíces oscuras y milenarias del mismo teatro, de la misma poesía. El anatema y el grito son el recurso de las vidas dolientes. Los sacramentos mancillados son las voces secretas de la protesta social. La escritura de Vicente Zito Lema recoge estos conceptos con la fuerza del monólogo interior y el aceptado riesgo de las alegorías. Pero al quebrar discretamente los materiales con los que trabaja, Vicente tiende a provocar una experiencia de restitución en el lenguaje. Si en su poesía lo que debe restituirse a través de un tono de plegaria y un laico misticismo es el sereno dolor por las víctimas de la barbarie social, en su teatro la restitución opera de otra manera. Se trata aquí de hablar con una lengua subterránea a veces obscena para dar a luz un estremecimiento existencial mas allá de lo que el lenguaje disimula.
Zito Lema, en su prolífica tarea artística, pedagógica y literaria -que ha pasado por todos las encrucijadas de la vida nacional-, explora las zonas marginales de la condición humana. Su estilo, que llamaríamos de "ultraje a los dioses", se resuelve siempre en una rehabilitación de las vidas que han sido desgarradas. Heredero de Pichón Rivière y de Jacobo Fijman; el trazo de surrealismo, siempre presente en la obra de Zito Lema, ha sabido asociarse a los mitos sociales y leyendas populares argentinas, en un encuentro que no es habitual en la cultura literaria argentina.
(Horacio González)