La madre patria sondea, rebusca y bucea la forma de pensar, de habitar ese valor impuesto que es la patria. Se remonta a los orígenes míticos de un pasado escindido por el exilio, al que se le suma el esfuerzo de volver a fundarse en una nueva tierra, y además es el vértigo bibliográfico de todo escritor: ¿cómo narrar una historia cuyas fuentes se diluyen en la leyenda, y las referencias se pierden en olvidadas bibliotecas que ya no existen? Esa odisea culmina en la locura final de hundirse en el laberinto de tantos libros sobre los que no hay ya reposo.
¿Qué es la patria? ¿Por qué esa madre no hace otra cosa que hablar de la patria? ¿Iba a caso la patria a sacarlos de esa miseria, de esa vida de constantes huidas y refugios, de permanente incertidumbre? ¿A qué había que obedecer? ¿Se trataba de la obediencia a una sola palabra: la patria? Palabra solitaria pero que daba a la madre la fuerza de moverse así como se movía, con una decisión única, sobrehumana.
"La patria, una vez que se obtiene -le había dicho su madre- es el valor, el principio supremo, había que estar dispuesto a dar la vida por la patria". Sin lucha no hay patria, y es por eso que lo más digno, lo más sublime, es morir por la patria. La patria era entonces una palabra que podía llevar a la gente a la muerte, eso estaba claro. ¿Y la vida? Su madre le había dicho que "sin los ideales de la patria la vida no valía nada". ¿Por qué entonces sacrificar esta vida que le latía por todos lados? ¿Qué iban a hacer los futuros patriotas con esa unidad diversa que era Italia? ¿Hasta dónde podía llegar la patria, hasta dónde iban a hacerla llegar su madre o Garibaldi? Su madre era la patria, la presencia constante de su madre era la patria, que también era femenina, a la madre patria había entonces que valorar, a ésa. Su padre en cambio, era un misterio que su madre se había negado siempre a revelar.
La patria lo necesitaba todo, como una madre arrolladora e insaciable, la patria estaba reemplazando implacablemente el recuerdo de su padre que se sobreimprimía al padre real.
