En los años cuarenta del siglo XX se crea en Chile un conjunto de instituciones fundamentales para el desarrollo de la música en el país, entre ellas, el Instituto de Extensión Musical, la Orquesta Sinfónica de Chile, el Instituto de Investigaciones Musicales y la Facultad de Ciencias y Artes Musicales de la Universidad de Chile.
En el contexto de ese movimiento bullente, un joven provinciano de 18 años ingresa al Conservatorio Nacional y allí da muestra de la multifacética vocación artística que marcaría su vida: como instrumentista, como compositor, como director de orquesta y de coros, como organizador de conjuntos musicales y como pedagogo lleno de mística y compromiso social. De regreso a su ciudad, La Serena, el joven músico se da a la tarea de crear un gran movimiento musical en el norte de Chile: fundó una serie de instituciones fundamentales para el desarrollo de la música; renovó la enseñanza musical y la formación de centenares de músicos; y llevó adelante una vasta labor de difusión a través de innumerables conciertos. En sólo dos décadas, ese joven maestro completó dicha tarea titánica.
A los 45 años de edad, la vida y la fecunda obra de ese hombre fueron segadas. El 16 de septiembre de 1973, sin ningún tipo de juicio, el maestro, el músico, caía fusilado junto a otros catorce prisioneros, en la primera jornada de la Caravana de la Muerte, misión criminal que iba a dejar una estela de horror y que acabaría con la vida de más de setenta personas en el norte del país. Ese hombre joven, músico, maestro y humanista mártir era Jorge Peña Hen. Ésta es su historia.
