Considerado legendario y mítico, historia viviente de aquel Perú profundo que José María Arguedas supo desentrañar en sus memorables escritos, Hugo Blanco sigue siendo referencia y símbolo de la extraordinaria lucha del campesinado indígena de los Andes. Ahora con 75 años, ayer con veintitantos en los años cincuenta, cuando siendo estudiante universitario en La Plata eligió trabajar en un frigorífico de Berisso y muy pronto volvió al Perú para sumergirse en la lucha revolucionaria del campesinado, es el mismo y es otro, el que no cesa, el que disfruta del valor insustituible de casi seis décadas de experiencia política. Y habría que leer esa experiencia hurgando todo lo que contiene: el trotskismo de la corriente que en los años cincuenta editaba en la Argentina el periódico Palabra Obrera, toda una escuela de militancia y solidaridad proletaria; las vicisitudes en el Partido Obrero Revolucionario, el POR peruano, que, al igual que su homónimo argentino, remontaba sus orígenes en un grupo inicial de los años cuarenta; su incorporación a la lucha campesina en 1958 en los valles de La Convención y Lares en la ceja de selva del Cusco; la posterior fundación del Frente de Izquierda Revolucionario (FIR); el fortalecimiento de los sindicatos campesinos, la ocupación de tierras y la reforma agraria surgida desde abajo; la resistencia armada y la represión; su prolongada prisión -que incluyó entre otras cárceles la isla penal de El Frontón, frente a Lima- y el frustrado intento de condenarlo a muerte; las tres deportaciones que sufrió de su país (1971, 1975 y 1978); su experiencia parlamentaria (1978-1979, 1980-1985 y 1990-1992), y la continuidad de una militancia infatigable con los pobres del campo hasta nuestros días. En fin, son trazos, segmentos de un recorrido que pasó la prueba de la vida, acumulando aciertos y errores, con la apertura necesaria para revalorar lo que hizo siempre con el pensamiento y la mirada puesta en el futuro.
Nosotros los indios es una compilación de sus textos escritos en diferentes momentos. Como él mismo lo dice en su presentación, éste no es un libro "pensado como tal". Sin embargo, él y nosotros hemos podido reeditar, finalmente, esta obra testimonial, ahora corregida y aumentada respecto de la primera versión publicada en el Cusco en 2003.