En las últimas décadas, Argentina y Latinoamérica vienen experimentando una serie de profundas transformaciones sociales y políticas. La hegemonía neoliberal ha comenzado a resquebrajarse frente a un proceso de recuperación de la movilización popular y la regulación estatal de los conflictos sociales. Al calor de los nuevos repertorios de lucha, que atraversaron la región durante la última década del siglo pasado, han surgido un conjunto de gobiernos orientados tanto a fundamentar su legitimidad en las demandas populares como al fortalecimiento de los procesos democráticos. Las experiencias, (los experimentos, estaríamos tentados a decir), nacionales registran características disímiles de acuerdo con sus estructuras sociales, sus dispostivos institucionales y los sujetos políticos surgidos en los procesos de movilización. Pero convergen en la necesidad de fortalecer un bloque político y económico regional en el contexto de una inestable reconfiguracion de las estructuras de poder. El entusiasmo y la incertidumbre impregnan la experiencia política del momento; un renovado aliento participativo y deliberativo se mezcla con la evidencia de poderes fácticos, presiones transnacionales y estructuras políticas tradicionales capaces de entorpecer, como mínimo, cualquier proceso de cambio popular y democrático. En esta encrucijada entre inquietud personal, problemas públicos y transformaciones históricas, en esa trama compleja de temporalidades que definen la densidad de nuestro presente, se inscriben los textos que componen el libro que aquí presentamos.
