Encontrar en un libro de Trabajo Social temas vinculados a la filosofía, a la teología y al psicoanálisis resulta molesto y fuera de lo convencional. Marchevsky no nos sorprende en su esfuerzo ya que sus anteriores libros fueron vestidos con la antropología, el estructuralismo, la lingüística y por supuesto Freud y Lacan.
En su esfuerzo por dar con una lógica que permita inferir que el trabajo social tiene objeto de conocimiento ubica a su profesión como co-constructora de las ciencias sociales con aportes creativos que merecen ser examinados, entre otros inaugura "Pareja" como modalidad de abordaje y conceptos extraños como lógicas paradójicas.
El autor insiste que para participar de lo interdisciplinar es necesario tener disciplina que ofrecer y se radica en pensar al trabajo social desde el trabajo social. Crítico de lo que denomina discurso académico enfrenta los saberes hoy mundanos de las facultades e insiste en que la academia está alienada al trabajador de campo. A este se dirige infringiendo la necesidad de estudiar y producir la diferencia con aquel discurso. Se leerá temas ya tratados en los textos anteriores, con descaro o si se quiere con humildad, crítica y modifica sus posturas enseñándonos que los movimientos también son del pensamiento y con sus fluctuaciones intenta solidificar la profesión.